Kathleen Kendall-Tackett, PhD, IBCLC, FAPA
Las investigaciones más recientes demuestran que la lactancia minimiza el riesgo de depresión, ayuda a que las madres duerman más y superen malas experiencias del pasado.
Cada año, miles de madres en todo el mundo padecen depresión post parto. Por un lado, los profesionales de la salud, más que nunca, son conscientes de que la depresión es una enfermedad y de que debe tratarse. Por otro, sin embargo, el número de mujeres con depresión parece ir en aumento. Antes, las estadísticas hablaban de un 10%-20% de las madres primerizas con depresión. Ahora, estas cifras han aumentado hasta un 15%-25%.
Este incremento en el porcentaje se puede explicar, en cierta medida, por la mayor vigilancia de las madres por parte de los profesionales de la salud. Pero, también podría significar que cada vez más mujeres sufren de depresión. Este dato, por desgracia, no es muy sorprendente teniendo en cuenta factores como el aislamiento, historias de abusos y otros traumas y, particularmente en EEUU, el poco tiempo que tienen las madres para estar con sus hijos después de nacer, dada su rápida vuelta al trabajo.
En el año 1994, como monitora recién formada en la Liga de La Leche (LLL), publiqué un artículo sobre la depresión post parto. Mi primer libro: Postpartum Depression: A Comprehensive Approach for Nurses (Depresión post parto: un enfoque exhaustivo para las enfermeras), había sido editado un año antes y pensé que un artículo sobre este tema sería útil para las monitoras de LLL, para que pudieran saber cómo ayudar a las madres que sufrieran esta enfermedad. El artículo abrió la veda para miles de llamadas que empecé a recibir de todo el país. A muchas madres, cuando se les diagnosticó la depresión, los médicos les aconsejaron el destete. Sin embargo, muchas me decían que lo único que les devolvía el optimismo y les hacía sentirse bien era precisamente amamantar a sus hijos. Entonces empecé a buscar respuestas para estas mujeres. Y así empezó una búsqueda que me ha mantenido ocupada los últimos 20 años.
Breve historia de la depresión post parto y lactancia materna.
Afortunadamente, ha habido un gran cambio con relación a la lactancia y la depresión. Cuando empecé mi investigación, el amamantar ni siquiera estaba en las agendas de los equipos de investigación médica. Los médicos solían decir a las madres que no tenían que ser supermujeres, que la leche de fórmula estaba bien, que necesitaban dormir, que lo más importante era curarse y, por todo ello, tenían que proceder con el destete. Actualmente, estas opiniones se siguen escuchando de vez en cuando, pero con menor frecuencia.
La primera señal fue que la lactancia, por fin, fue aceptada. No era lo preferido, pero si una madre se “empeñaba” en amamantar, la mayoría de los médicos accedía a ayudarla. De esta manera la situación general mejoró pero, aun así, la “ayuda” consistía solamente en buscar medicamentos compatibles con la lactancia. En este sentido, es importante reconocer la labor del farmacéutico Dr. Tom Hale. El Dr. Hale llevó a cabo una amplia investigación sobre los efectos de la medicación en la leche materna. Su página web contiene un foro para las madres que quieren indagar sobre diferentes medicamentos y su compatibilidad con la lactancia.
Página web del Dr. Tom Hale
Lactancia y medicamentos
La lactancia no agota a las madres ni causa depresión.
Pero, ¿qué sucede con una madre que no quiere tomar antidepresivos? Hay muchas madres que no quieren medicarse y, por esta razón, se ha avanzado muchísimo en los tratamientos alternativos. Existe gran número de tratamientos alternativos: por ejemplo, el ejercicio, la terapia con luces, ácidos grasos Omega 3, las hierbas de San Juan, etc.
La sicoterapia en sí es también muy efectiva. Lo importante a tener en cuenta, en cualquier caso, es que las madres tienen muchas opciones. Me preocupa mucho cuando se recetan antidepresivos y no se hace ningún tipo de seguimiento. Los pacientes no suelen seguir las instrucciones (según uno de los estudios solo 28% seguía con la medicación más allá de los 3 meses). Si las madres no toman la medicación, por la razón que sea, y siguen deprimidas, entonces su enfermedad no está tratada. Es mucho más eficaz hablar con las madres antes de prescribir el tratamiento para ver lo que quieren hacer. Cuantas más opciones se les ofrezca, más probabilidades hay de que encuentren una que les sirva. Todavía hay médicos que no confían en este tipo de tratamientos “alternativos” porque opinan que no suelen tener éxito en casos de depresión severa. Sin embargo, hay pruebas de que no es así. Para más detalles pueden consultar en los artículos subrayados en la siguiente web: UppityScienceChick.com.
Todos estos cambios han sido positivos. Y han ayudado a muchas madres. Pero a pesar de todo eso, la lactancia se ha seguido considerando como algo que se tolera o es aceptable, y no como algo que protege la salud mental de las madres y es importante para su recuperación. Y es aquí donde entran los resultados de la investigación más reciente.
El papel de la lactancia en la protección de la salud mental de una madre.
La investigación llevada a cabo a lo largo de la última década ha demostrado que los caminos de la lactancia y la depresión se suelen cruzar de las maneras más inesperadas. Las conclusiones han demostrado algo que, en realidad, tiene mucho sentido. La lactancia no agota a las madres ni causa la depresión post parto.
Los problemas en la lactancia sin duda pueden causar ambas cosas—mayor razón aún para proveer apoyo e información confiable a las madres. Pero no tiene sentido que algo tan fundamental para la supervivencia de nuestra especie sea perjudicial para las madres. Y no lo es.
El estrés y la lactancia.
Una de las áreas iniciales en las que se centró la investigación fue el papel de la lactancia con relación a la reducción de estrés. El enfoque se centró, en principio, en el rol de la lactancia a la hora de reducir los niveles de inflamación que son parte de la respuesta de estrés. Las moléculas que causan la inflamación pueden llevar a la depresión. Al aumentar los niveles de inflamación, es más probable que la persona se deprima. Cuando la inflamación se reduce, el riesgo de depresión también baja. Lo estupendo es el amamantar es específicamente antiinflamatorio. De esta manera, la lactancia, protege a las mujeres a lo largo de toda su vida porque realmente disminuye el riesgo de caer en una depresión. Además, amamantar a un hijo disminuye riesgos de enfermedades cardiacas y diabetes. Para leer más acerca de esto, hacer clic aquí.
El sueño y la lactancia
La siguiente línea de investigación habla de las madres y el sueño. Durante muchos años he creído que las madres con hijos lactantes duermen menos. Pues no, es exactamente al revés. Las madres que amamantan a sus hijos duermen más. Los mejores resultados, sin embargo, se han observado en madres con lactancia exclusiva. Aparentemente, la lactancia mixta contribuye a que las madres duerman menos y que el sueño sea de menor calidad. De ninguna manera queremos desalentar a una madre que hace lactancia mixta. Obviamente, las mujeres hacen lo que pueden y cada madre elige lo que cree mejor para sus hijos. Y los niños se benefician de todo lo que les permite la lactancia mixta. Pero en el caso de sueño y reducción de estrés, son las madres con la lactancia exclusiva quienes, claramente, se ven más beneficiadas.
¿Es verdad que las madres que amamantan duermen más?
Abajo pueden ver algunas de las conclusiones de un estudio que se hizo con 6.410 madres primerizas. Lo interesante es que mientras hay claras diferencias entre las madres con lactancia exclusiva y las de lactancia mixta o artificial, no hay diferencias significativas entre las madres que hacen lactancia mixta y las que usan alimentación artificial. Este punto es muy importante porque, normalmente, el primer consejo de los familiares al ver una madre que está agotada, es suplementar la alimentación del bebé con el biberón. En los gráficos abajo se puede apreciar que son precisamente las mujeres que optan por la lactancia exclusiva las que, en total, duermen más aunque se levanten más a menudo. Aunque la diferencia sean tan sólo 20 minutos en algunos de los casos, este tiempo es suficiente para impactar sobre sus niveles de energía y, en numerosos casos, para prevenir la depresión. Si quiere leer más sobre este estudio, haga clic aquí.
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Superar la experiencia de una agresión sexual y la lactancia.
En mi opinión, algunos de los datos más interesantes sobre la lactancia son los que tratan sobre el efecto que tiene en las víctimas de abusos sexuales. Algunos asumen que las mujeres con este tipo de trauma, no querrán amamantar. Sin embargo dos estudios han concluido que precisamente las mujeres que habían sufrido abusos sexuales en su infancia, muestran más interés en la lactancia. Esto no significa que conseguirla sea fácil para ellas, pero no podemos suponer que no están interesadas en la lactancia sin preguntárselo antes.
El impacto curativo de la lactancia en las mujeres que han sufrido abusos sexuales.
En nuestra investigación nos centramos en casos de violación, siendo ésta la más traumática de las posibles experiencias. De todas las mujeres con las que hablamos (994) un 13% habían sido violadas en el pasado. Sin embargo, las mujeres que habían sufrido este tipo de trauma tenían el mismo ratio de lactancia que las que no lo habían experimentado: 78% para ambos grupos.
Resulta claro que el abuso sexual tuvo serios efectos con relación a las variables del sueño y de la depresión. Sin embargo, lo interesante es que cuando añadimos a los análisis el factor de la lactancia exclusiva, sus efectos fueron definitivamente positivos en las mujeres víctimas de abusos. Casi no pude creerlo cuando vi los datos.
La línea inferior representa la combinación de madres que practican alimentación mixta y alimentación artificial. (Las combinamos porque en análisis anteriores no se encontraron diferencias significativas). La línea superior representa a las madres que practican lactancia exclusiva. Claramente, este grupo de madres que practican lactancia exclusiva y tienen una historia de abuso sexual duermen algo menos que aquellas que no han tenido esa experiencia. Pero se aprecia cuánto menos dormirían si no amamantaran de forma exclusiva.
En cuanto a la depresión, sigue el mismo patrón. Las víctimas de abusos sexuales siguen teniendo más probabilidades de caer en una depresión post parto que las que no han sufrido el trauma. Sin embargo las madres que amamantan exclusivamente a sus hijos, claramente tienen menos riesgo que las que optan por la lactancia mixta o artificial.
De la misma forma, también son interesantes los efectos de la lactancia en los sentimientos de ira e irritabilidad. Las mujeres con lactancia exclusiva están, generalmente, mucho más relajadas que las que eligen lactancia mixta o artificial. Esto no es cierto para las que practican lactancia mixta o artificial.[/row]
¿Por qué la lactancia tiene estos efectos tan positivos? Creo que, posiblemente, por su papel en la reducción de la respuesta al estrés. La investigadora Maureen Groer ha documentado este efecto. Normalmente, la respuesta al estrés de las personas que sobreviven a un trauma es sensible en exceso. El menor factor de estrés puede provocarla. La lactancia parece restarle fuerza a esta respuesta y moderarla.
¿Por qué la lactancia es tan importante para los que sufrieron un trauma en el pasado?
Este es el mensaje más importante que me gustaría transmitir. Nuestros cuerpos saben que los bebés no nacen en un mundo perfecto pero la lactancia les da la oportunidad a las madres de empezar desde cero. Y hay que admitir que es un mensaje increíblemente esperanzador. Haga clic aquí para ver el artículo completo.
¿Significa esto que no hay beneficios para las madres que eligieron lactancia mixta? No. Está claro que la lactancia siempre es buena, aunque no sea exclusiva. Las madres se benefician de la lactancia mixta y los bebés también. Simplemente es importante reconocer que es la lactancia exclusiva la que tiene el poder de reducción de estrés más alto y hay que animar y apoyar a las madres para que la vayan consiguiendo y, de esta manera, se puedan aprovechar de todos los beneficios que trae.
Conclusiones
¿Qué se puede decir entonces para resumir toda esta investigación reciente? Posiblemente la respuesta sea esta: la lactancia crea una diferencia y no se trata solamente de la leche. Cuando una madre sufre de depresión, necesita apoyo. En esos momentos, mucha gente bienintencionada le recomendará el destete. Sin embargo, si la madre tiene claro que quiere seguir con la lactancia, gracias a estos datos, podremos ayudarle mucho diciéndole que la lactancia exclusiva es muy beneficiosa para ella.
La Dra. Kathleen Kendall-Tackett es psicóloga de la salud y Consultora Certificada de Lactancia Materna (IBCLC). Además ha sido monitora de la Liga de La Leche durante 19 años. Es propietaria y editora en jefe de Praeclarus Press, una pequeña casa editorial especializada en la salud de la mujer, además de ser autora de 24 libros, incluyendo Science of Mother-Infant Sleep. Hace poco, Praeclarus ha publicado un libro nuevo bajo el título: Perfect Mothers Get Depressed.