Un episodio de mastitis

Mar Mendiola, Essone, France
Photo: Jamie Sia Photography

4 meses de lactancia maravillosa hasta que…

Ese viernes en la mañana amanecí con fiebre, dolor de cabeza y cuerpo cortado, ‘chin, siento que me va a dar gripe’ pensé, pero mi mente no quiso apoyar a mi cuerpo y le dijo que más tarde se le iba a pasar. Además habíamos planeado ir a Orléans con una pareja de amigos y su nenita, así que yo no tenía la menor intención de sabotear nuestro fin de semana.

Negar que estaba enferma no me impidió preguntarme si podría seguir amamantando a mi bebita. Siendo yo portadora de quién sabe qué virus ¿no la iba a contagiar? Me puse a leer en internet y encontré de todo: opiniones por, opiniones contra y entre más leía más preguntas me surgían.

Envié mis dudas por SMS a mi monitora de la Liga de La Leche (LLL), quien me mandó varios artículos y disipó mis preguntas. Me sentía muy cansada y me dolía mucho un seno, no soportaba ni el roce de mi sostén, pero pensé que era una consecuencia de mi gripe y no quise tomar medicamento. En la noche mientras estaba amamantando a mi hija, mi esposo me preguntó si me había golpeado el pecho y vi que tenía una placa roja, nos pusimos a buscar en internet y nos dimos cuenta de que tenía todos los síntomas de una mastitis.

Mi esposo quería que fuéramos a ver un médico pero vivimos en un pueblito donde no hay ningún servicio de salud, nuestra única solución hubiese sido ir a Urgencias (a 40 min de nuestra casa), con mis 39,5 de fiebre yo no me sentía con ánimo de manejar, tampoco quería llevar a mi nena al hospital y quién sabe cuántas horas hubiéramos tenido que esperar… Desenlace: no gracias, me iba a aguantar hasta el sábado.

Casi a media noche se me ocurrió mandarle otro mensaje a mi monitora de LLL para decirle que creía que tenía una mastitis. A esas horas no esperaba ninguna respuesta, pero ella tomó inmediatamente las riendas de mi situación indicándome que en principio una mastitis no necesitaba de cuidados médicos a menos que persistiera después de un período de reposo máximo de 48 horas.

Me explicó que la mastitis es una reacción natural del cuerpo: el seno se congestiona debido a leche acumulada, la cual al estancarse se infiltra en los tejidos y causa inflamación. El organismo se defiende y pide reposo a través de la fiebre, asimismo es necesario drenar el seno con la ayuda de bebé o con el sacaleches. Mi monitora me dio una lista de consejos muy útiles: ponerme compresas de agua tibia antes de ofrecer el seno a mi bebé y compresas de agua fría o hielo después de la toma para ayudar a sanar la inflamación, hidratarme bien, etc. (ver recuadro más abajo)

El lunes los malestares habían disminuido pero no me sentía del todo bien. Mi monitora me aconsejó ver a un profesional de la salud a fin de verificar que la congestión no había desencadenado en una infección que debiera tratarse con antibioterapia. Una matrona me examinó y me indicó básicamente lo mismo que la monitora y afortunadamente no vio necesidad de recetarme medicamentos.

Yo aprendí que amamantar es una experiencia que puede presentar obstáculos en cualquier momento, pero cuando se cuenta con una red de apoyo se pueden superar y como mamás, podemos continuar disfrutando de esa conexión indescriptible con nuestros hijos. La Liga de La Leche me ha ofrecido esa red, por ello me siento agradecida y recomiendo a mamás y a futuras mamás participar en las actividades organizadas por la asociación.

Mastitis
Síntomas que indican mastitis: una zona caliente, enrojecida, sensible/dolorida en una mama acompañada de dolor generalizado/fiebre/escalofríos. ¿Qué hacer? Vaciar el pecho y descansar mucho: aumentando la frecuencia de las tomas y quizás extrayéndose leche manualmente o con un extractor para que siga fluyendo. Pasar todo el tiempo que sea posible en cama o acostada, ya sea descansando o durmiendo. Aplicar compresas frías (como un paquete de guisantes congelados envuelto en un trapo) o calientes sobre la zona inflamada, lo que mejor funcione. Tomar un antiinflamatorio recomendado por su médico. Si no mejora en 48 horas, consulte con su médico sobre la posibilidad de tomar antibióticos para la infección.