
Por qué corté mi cabello por LLL
EMMA RICHARDSON, WASHINGTON, TYNE & WEAR, Reino Unido
TRADUCIDO POR DUNIA GUERRERO, Perú
Photos: Helen Wilson Lifestyle Photography
En esta historia les cuento por qué corté mi cabello por LLL
Permítanme empezar desde el momento en que Katy nació.
No temo admitir que no ocurrió en la forma que yo esperaba. Había anticipado que el nacimiento sería un
perfecto y maravilloso momento lleno de amor y dicha. La realidad fue agotamiento luego de una labor
de parto de 28 horas que acabó en un nacimiento con fórceps, náuseas por causa del hambre y por haber
recibido mucha medicación, y sin aún saber si había tenido una niña o un niño. Cuando finalmente
estuvimos en la sala de recuperación todo lo que yo deseaba hacer era dormir. Afortunadamente para mí,
Katy deseaba lo mismo.
El primer día en el hospital fue una mezcla de visitas, enfermeras, doctores y parteras. Pedí varias veces
ayuda para amamantar, y a pesar de que todos intentaban ayudarnos, simplemente no podíamos hacer que
funcionara. Me aconsejaron extraer mi leche con las manos y dársela a mi bebé con una jeringa. Al
terminar el segundo día, ella aún no estaba amamantando y estaba muy estresada. Le daba toda la leche
que lograba extraer con una jeringa (menos de 1 ml) y ella continuaba llorando. Me sentí terrible. La
peor madre del mundo. Se me partía el corazón. Fue entonces que decidí darle a mi hija un poco de
fórmula. Por fin estaba contenta. El quinto día, finalmente, nos dieron de alta y Katy se alimentaba
exclusivamente con biberón. Yo aún intentaba extraerme leche con las manos, pero era muy difícil
conseguir siquiera una gota.
La vida en casa con una recién nacida era surrealista, pero yo seguí adelante, alimentando a demanda con
biberón. Ordeñándome cada vez que encontraba el tiempo. Fue ahí cuando recibí la visita del equipo de
soporte de lactancia materna. Al fin alguien podía decirme por qué mi bebita no podía hacer la cosa más
natural: se había maltratado bastante durante el parto con fórceps y tenía frenillo lingual posterior. Me
recomendaron conchas de lactancia para ayudar a que Katy se prendiera. Yo había perdido mucha sangre
durante el parto y recibí una transfusión mientras estaba en el hospital, ellas pensaban que debido a esto
se había afectado la bajada de la leche. Inicié una nueva rutina de extracción de leche materna cada dos
horas (día y noche), comer toneladas de avena y ofrecerle el pecho tan a menudo como era posible.
Para la segunda semana habíamos pasado de alimentación exclusiva con biberón a lactancia materna
exclusiva. Se sentía como si Katy y yo fuéramos las dueñas del mundo. Teníamos que usar los
protectores de lactancia cada vez que amamantaba y, de hecho, aún tomaba ocasionalmente algún biberón
de fórmula, pero sentí que finalmente habíamos descifrado la lactancia.
A las seis semanas a Katy le diagnosticaron alergia a la proteína de la leche de vaca. A las doce semanas
le cortaron el frenillo lingual. Se volvió a juntar en una semana, pero como había logrado el movimiento
de la lengua, decidí no volverlo a cortar y continué usando protectores de pezón. A los siete meses Katy
tuvo su primer ajuste con el quiropráctico, su segundo ajuste fue unas semanas después, luego dejó de
usar los protectores de lactancia y nunca más volvimos a usarlos. Cuando Katy tenía nueve meses
encontré un bulto en mi pecho y el ultrasonido reveló que se trataba de un quiste que luego fue drenado.
Actualmente, Katy tiene 13 meses y continúa amamantando, pienso que no tiene intención de dejarlo en
un futuro cercano, y yo tampoco. Puedo decir con sinceridad que amo la lactancia… casi siempre.
Entonces, ¿en qué parte de nuestra historia aparece la Liga de La Leche?
Oí de LLL cuando Katy tenía cuatro semanas, quizá antes. Las líderes y mamás de LLL han sido un gran
apoyo para mí desde el momento en que me uní. Ya sea que solo revises a través de los posts de LLL en
Facebook, publiques una pregunta, ingreses a una conversación en línea o hables con una líder, siempre
hay alguien con buena información, experiencia personal o escucha empática. A veces tú deseas
compartir alegría, pena, confusión, una serie completa de emociones, y es tranquilizador saber que hay un
lugar seguro para hacerlo que está lleno de mujeres comprensivas que con seguridad han sentido o sienten
exactamente lo mismo.
También están las reuniones de LLL, un lugar para ir y encontrar cara a cara otras mamás que
amamantan. Muchos bebés de diferentes edades, algunos al inicio de su recorrido y otros con mucha
experiencia. A veces algunas mamás amorosas traen bocaditos deliciosos para compartir. Las reuniones
son una manera fabulosa de conocer a tus líderes locales de LLL en la vida real y tener conversaciones
personales con ellas.
Por qué corté mi cabello por la Liga de La Leche
Entonces, ¿por qué corté mi cabello por la Liga de La Leche? Bien, es porque sé lo que es sentirse
perdida, solitaria e indefensa. Sé qué tan sola puede estar una mamá primeriza, especialmente una nueva
mamá que elige dar de mamar y no conoce a nadie más que haya amamantado exitosamente. Y sé qué
tan vital puede ser alguien con ese conocimiento y experiencia en lactancia para una mamá primeriza que
está luchando.
Doné mi cabello, las 12 pulgadas completas de él, para hacer pelucas para niños con cáncer. El dinero
que recaudé para LLL a través de auspicios para cortar mi cabello será destinado a ayudar a otras mamás
primerizas que atraviesan los mismos problemas que yo encontré y muchos más. En verdad, yo sólo
quería ayudar a que el amor de LLL llegara a más familias.