
LLL Hoy #4 – El arte de imitar

A menudo oímos que la lactancia materna es natural. Con esto queremos decir que la lactancia materna es lo que la naturaleza ha previsto para los bebés humanos. En efecto, los bebés humanos son mamíferos y los mamíferos tienen glándulas mamarias cuya función es producir la leche necesaria para el crecimiento de sus crías. Pero que sea natural no significa que sea “automático” y fácil. Que estemos equipadas para amamantar no significa que tengamos una varita mágica. Ciertamente, como ha demostrado la matrona británica Suzanne Colson, las madres tienen instintos que les permiten cuidar adecuadamente a sus recién nacidos; ella lo llama “crianza biológica“. Y los bebés también nacen competentes para pegarse a sus madres y succionar. Todo ello siempre que no haya demasiadas interferencias entre la madre y el bebé.
Sin embargo, también somos seres culturales y estamos influidos por nuestro entorno social, por lo que hacen nuestros padres, nuestras hermanas, nuestros primos, nuestros amigos y todas las mujeres y parentalidades que nos encontramos por la calle y vemos en las películas. En resumen, estamos influidos por nuestra experiencia habitual de los cuidados que se dan a los más pequeños. En las sociedades industrializadas, tendemos a ver bebés alimentados con biberón con más frecuencia que diadas lactantes. Hoy en día, en muchos hospitales se sigue dando biberón a las parentalidades primerizas. Y durante una catástrofe natural, las organizaciones de ayuda humanitaria también suelen distribuir leche en polvo. ¡Incluso las muñecas que compramos para los niños llevan biberón! No es de extrañar que, condicionados desde muy pequeños, las parentalidades asocien espontáneamente a los bebés con los biberones. Esta no es la norma en partes del mundo donde las tasas de lactancia son mucho más altas. Todos aprendemos por imitación. Si nuestros modelos de conducta son parentalidades que dan el biberón, lo más probable es que esperemos alimentar a nuestras hijas e hijos de esa manera. Pero si nuestros modelos son parentalidades que dan el pecho, es más probable que nosotros también lo hagamos.
Amamantar es, pues, “un arte de la imitación”, un conjunto de gestos y posturas que se aprenden. Por supuesto, a veces puede ser útil leer libros y ver vídeos en Internet. Pero nada es más eficaz que poder observar a otras personas amamantando a sus bebés en la vida real, de ser posible, desde una edad muy temprana. No hay nada más eficaz que el aprendizaje directo y en vivo mediante el ejemplo. Tener a la mano a una madre lactante experimentada siempre es mejor que un libro teórico o la opinión de tu vecina que nunca ha dado el pecho. Observa a una mujer con experiencia; fíjate en lo suaves y seguros que son sus movimientos; fíjate en cómo pone a su hijo al pecho casi sin pensarlo; es una visión muy tranquilizadora. Poder observar a bebés “reales” amamantando hace que la lactancia parezca algo factible, simplemente humano y natural. Alimenta tu experiencia sensorial con imágenes de mujeres lactantes y bebés amamantados, pero también con los sonidos que emiten los bebés al mamar. Con esta experiencia, te sentirás más cómoda y segura cuando pongas a tu bebé al pecho.
Las reuniones de LLL son un lugar estupendo para que las parentalidades “aprendan” sobre lactancia, entre pares, de forma directa y animada, observando a las diadas que amamantan, así como hablando y compartiendo experiencias. Esta es probablemente la mejor forma de “prepararse” para la lactancia. Estos encuentros son lugares de intercambio de un arte ancestral que se ha perdido en muchas partes del mundo y que las mujeres y las familias intentan reapropiarse. Este tipo de lugar sigue siendo demasiado raro en una cultura que, en su mayoría, no apoya la lactancia.
Pero cuantas más mujeres amamanten a nuestro alrededor, más mujeres querrán hacerlo espontáneamente porque la lactancia formará parte de su experiencia vital ordinaria. La lactancia no es sólo una elección individual; es una experiencia social en la que participan todos los miembros de una comunidad. Las parentalidades adoptan de forma natural comportamientos de crianza socialmente valorados y esperados. Todo esto da aún más fuerza a la frase “se necesita un pueblo para amamantar a un niño”, porque nos permite ver la importancia del lugar que ocupa la lactancia en nuestra comunidad.