LLL Hoy #2 – ¿Quién habita en tu Aldea de la Lactancia?

Dar el pecho es una experiencia solitaria para muchas. Observa las representaciones de la lactancia en el arte, en las fotos publicadas en las redes sociales: la mayoría de las veces, vemos a una mujer sola amamantando a su bebé y la lactancia parece ser un acto privado, íntimo, en el que irrumpe la fotógrafa o el artista. Este puede ser el problema: la lactancia no se ve como un acto social (que lo es, ya que supone acoger a un nuevo ser en la sociedad) o una experiencia de socialización (que solía ser, ya que la nueva madre era acogida por toda la comunidad). Se podría describir el apoyo que los padres pueden recibir de los demás como círculos concéntricos que les rodean, proporcionándoles ayuda, consuelo y seguridad, y fuerza. Por supuesto, tu experiencia con una red de apoyo puede ser muy diferente de lo que se sugiere aquí. Lo importante es construir tu propia red y círculos de apoyo durante el embarazo para poder recurrir a ellos cuando los necesites.

Primer círculo: la pareja

Tanto si se trata del padre biológico del/de la bebé como de un(a) compañero/a de crianza que no está biológicamente relacionado/a con ese (por ejemplo, un padre adoptivo o una segunda madre), las parejas y las personas de apoyo son figuras cruciales en la red de apoyo de la díada lactante.  Esto se reconoce explícitamente en uno de los conceptos que sustentan la filosofía de LLL: “La lactancia se beneficia del apoyo del padre del bebé, una persona que comparte la crianza y custodia, una pareja y/o familiares cercanos que valoran la relación de lactancia materna y cuyas relaciones únicas con el bebé son un elemento importante en el desarrollo del niño o niña desde la primera infancia”.

El papel de los padres y las parejas en el apoyo a las nuevas madres ha evolucionado considerablemente a lo largo del último siglo. Antes de los años setenta, cuando se invitó gradualmente a los padres a entrar en la sala de parto, su papel era por lo general bastante limitado y se restringía al apoyo económico del hogar. Hoy en día, se pide a las parejas que se impliquen mucho más, que asistan a las ecografías y a los partos, que cuiden e incluso alimenten al/a la bebé.

Cuando las madres dan el pecho, sus parejas y familias pueden sentirse a veces excluidas o incapaces de ayudar. Sin embargo, pueden apoyar a las madres lactantes de muchas otras maneras, sobre todo organizando su entorno y compartiendo las tareas domésticas: limpieza, preparación de comidas, compras, etc.

Su apoyo moral también es fundamental. Si la pareja no reconoce el valor de lo que hace la madre, es más probable que se desanime y abandone la lactancia cuando surjan dificultades.

Sin embargo, la ayuda de la pareja puede no ser suficiente, sobre todo porque el permiso parental para un padre o una segunda madre, cuando existe, suele ser muy breve. La pareja también puede sentirse emocionalmente alterada y abrumada por la llegada del/de la bebé. Y aquí es donde vemos los límites de la familia nuclear cuando se reduce a dos padres.

Segundo círculo: la familia extendida, abuelas, abuelos, hermanos, hermanas, tías, tíos, primas, primos

Cuando se necesita ayuda, se piensa naturalmente en la familia extendida, incluyendo las propias madres y padres, hermanas y hermanos. Antes de la llegada de la familia nuclear, las mujeres de la familia extensa (abuelas, hermanas, primas, tías) desempeñaban un papel mucho más importante de apoyo a las nuevas madres en las sociedades tradicionales.

Hoy en día, muchas parejas viven lejos de su propia familia. Y cuando la familia está cerca, suele estar muy ocupada. Sin embargo, puede merecer la pena identificar a familiares con la disposición de ofrecer su apoyo. Pasar algunas tardes limpiando o preparando comidas calientes pueden ser excelentes regalos de nacimiento, y las parejas pueden sugerir esta opción a los familiares. Porque los bebés amamantados necesitan los brazos y los pechos de su madre. Y lo que necesitan las parentalidades lactantes es tiempo para acoger a su bebé y descansar. Por supuesto, es fundamental que la familia extendida apoye la lactancia y se abstenga de criticar las decisiones de la madre. Si no puedes dar de tu tiempo, pero sí de tu dinero, puedes ofrecer a las nuevas madres un masaje a domicilio o una persona de limpieza durante unas horas. Si la relación es lo bastante estrecha, también puedes ofrecerte a ir y quedarte durante unas semanas para estar inmediatamente disponible para ayudar.

Tercer círculo: amigas y amigos, vecinas y vecinos

Las redes de apoyo implican proximidad. Si la familia está demasiado lejos para estar rápida y fácilmente disponible, tiene sentido recurrir a personas cercanas, como las del vecindario, siempre que se tenga una buena relación con ellas, y amigas o amigos que vivan cerca. Las personas del vecindario suelen estar encantadas de hacer algunos mandados y, lo que es más importante, preparar algunas comidas para la familia con una nueva o un nuevo bebé.

Cuarto círculo: personal de salud y asociaciones de apoyo

La importancia de la proximidad se aplica también al personal de salud o de cuidados perinatales (según la zona, puede tratarse de ginecólogas, médicos, matronas, pediatras, doulas y asesores de lactancia) y a las asociaciones de apoyo. Desgraciadamente, a veces es necesario recorrer decenas de kilómetros para encontrar un profesional sanitario pro lactancia, una asesora de lactancia o un grupo de apoyo de LLL.