
El objetivo de los seis meses
Christina Gallo Nizic, Toronto, Ontario, Canadá
Traducido por Eva Marsal, Barcelona, España
Las reflexiones de una madre al cumplir el reto de los seis meses de su bebé
El compromiso con la lactancia materna exclusiva es una de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida. Siempre pensé que el instinto tomaría las riendas y que sabría como amamantar. Pero ese no fue el caso.
Diez días después de la fecha prevista para el nacimiento de mi primer bebé, tuve una cesárea porque no progresaba después de la inducción al parto. Sufrí un ataque de pánico durante la cirugía porque estaba muy agotada y aterrorizada por el procedimiento. Después de todo eso, la lactancia materna no tuvo un buen comienzo. Mi hijo perdió más de 500 gramos en sus primeros cuatro días. Mi comadrona estaba muy preocupada y temía que si no empezaba la lactancia materna “correctamente”, tendría que suplementar a mi hijo con leche de fórmula.
Una vez perfeccionado el agarre, fue cada vez más y más fácil.
Entiendo perfectamente por qué algunas mujeres renuncian a la lactancia materna, especialmente después de una cesárea. Mi cuerpo estaba muy magullado y mis pechos doloridos y con costras debido a la mala posición y agarre. Además de esto estaban las tomas nocturnas, amamantar durante todo el día y a veces de manera muy seguida, las cero horas de sueño y los cambios de humor delirantes. Mi única motivación para continuar la lactancia materna era saber que aquello era lo mejor para mi hijo. Una vez perfeccionado el agarre, fue cada vez más y más fácil.
Ahora mi hijo tiene seis meses y estoy abrumada por las emociones. He llegado a amar la lactancia materna, porque ha creado un vínculo muy profundo entre nosotros. Mi hijo está empezando a comer sólidos, pero le he amamantado exclusivamente hasta ahora. Y me siento muy orgullosa de mí misma por no haberme dado por vencida. Es una de las experiencias con más empoderamiento de mi vida.