
Amamantar en tándem
Eliana Holgate, Pearland, Texas, EEUU
Traducido por Paola Segnini, Chandler, Arizona, EEUU
Fotos: Stacy Herndon
Amamanté a lo largo de mi embarazo y disfruté amamantar en tándem a mis hijos después de que la segunda naciera.
Mi esposo y yo tenemos dos hijos maravillosos. Nuestro hijo no tenía los dos años y aún estaba amamantando cuando me embaracé por segunda vez.
Por dicha, ya sabía que amamantar durante el embarazo generalmente no era un problema. No tenía factores de riesgo y mi primer embarazo había transcurrido sin contratiempos, así que no me preocupé sobre si era seguro seguir amamantando a mi hijo mientras estaba embarazada. Sé que algunos profesionales sanitarios en el área prenatal están tristemente mal informados acerca de los riesgos de la lactancia durante el embarazo. Las parteras que tenía como parte de mi equipo obstétrico no necesitaron que las convenciera de que no era necesario quitarle el pecho a mi hijo. Fui afortunada de no encontrarme con nadie en mi círculo social que estuviera opuesto.
Dado que amamantaba a mi hijo rara vez fuera de casa, los extraños generalmente no sabían que aún le daba pecho. Recuerdo que una amiga cercana de mi suegra se sorprendió cuando se dio cuenta de que aún estaba amamantando porque no sabía que el cuerpo de una mujer podía soportar un embarazo y producir leche para un niño mayor. Sentí dicha de poder educarla, y si tuvo algún pensamiento negativo, fue lo suficientemente amable para reservárselo. Dado que hice muchas amigas mamás por medio de la Liga de La Leche, me di cuenta de que eran más comprensivas de lo que otros hubieran sido.
Pensé que mi hijo iba a querer dejar el pecho cuando mi leche disminuyera (por las hormonas) durante el segundo trimestre. Aparentemente él no había terminado porque siguió felizmente aún y cuando aparentemente no me quedaba nada de leche. En ese momento, amamantar se volvió muy incómodo para mí. Afronté la situación limitando la duración de las sesiones o tratando de distraerlo con otras actividades si me sentía particularmente indispuesta.
Él se había dormido con el pecho toda su vida, pero sabía que mi nuevo bebé probablemente me necesitaría a esa hora una vez que llegara. Así que empezamos una transición en la que Papá se hizo cargo de acostarlo. Nos alistábamos juntos, yo me acostaba con mi hijo y lo amamantaba mientras que su papá le leía una historia, después me levantaba, decía buenas noches y me iba del cuarto. Por fortuna, para ese momento, él se despertaba en medio de la noche solo en raras ocasiones. Cuando su hermana nació, ya habíamos llegado al punto en que lo amamantaba al despertar, durante la siesta y antes de dormir.
Amamantar en tándem
Agregar un bebé a la familia nunca es una transición fácil.
Me sentía muy positiva con respecto a seguir amamantando a mi hijo mientras que él se adaptaba a ser hermano mayor. Él es un niño sensible, y creo firmemente que se vio beneficiado sobremanera de no ser forzado a dejar el pecho además de tener que compartir la atención de los padres inesperadamente con esta nueva bebé.
Hay un lazo especial entre hermanos que comparten la leche de mamá.
Rara vez los amamantaba al mismo tiempo. Mi hijo era tan grande en comparación a su pequeñita hermana y no quería que la lastimara. Hay algo realmente conmovedor en ver a tus hijos recibir confort y alimento de tu pecho al mismo tiempo. Que lo compartan refuerza el lazo entre hermano y hermana.
No estoy diciendo que haya sido fácil. Hubo momentos en que me pregunté si había estafado a mi hija de alguna manera porque ella no tuvo mi leche para ella sola hasta que cumplió 18 meses.
Mi hijo finalmente dejó el pecho solo, poco antes de cumplir cuatro años. Solamente lo amamanté unas cuantas veces después de eso, principalmente cuando estaba enfermo, pero aun antes de eso, pasaban días o semanas entre tomas.
Es inevitable que cualquier niño después del primero tenga que compartir la atención de la mamá, incluso si no amamantan en tándem. Como padres, las relaciones con nuestros hijos son diferentes sin importar qué hagamos. Cada uno es único y nos vamos a relacionar con ellos de maneras individuales. Conforme la personalidad de mi hija se ha vuelto más evidente, es claro que ella nos puede decir lo que necesita y lo obtiene. Aún la amamanto felizmente a los casi tres años.
La Liga de La Leche ha sido una fuente vital de apoyo.
A través de los casi cinco años que he amamantado, la Liga de La Leche ha sido una fuente vital de apoyo. Mi familia también me ha apoyado mucho, pero en nuestra sociedad donde amamantar –especialmente amamantar a término– es desafortunadamente incomprendido y estigmatizado, tener un lugar seguro donde hablar con iguales acerca de las dificultades, alegrías y aventuras de amamantar y criar a niños pequeños es indispensable.