Por Sheena Thompson, Hamilton, Nueva Zelanda
Traducción: Pedro Bernal Duque
(Versión en inglés: Life as an Exclusive Expresser)
Desde el principio de mi primer embarazo tuve claro que amamantaría a mi hija. Sabía que, después del parto, dominar la lactancia podría tomar un poco de esfuerzo, pero confiaba en que mi bebé y yo podíamos lograrlo. Poco sabía que los frenillos cortos severos en la lengua y en el labio de mi bebé lo harían mucho menos simple de lo que imaginaba, y cambiarían para siempre mi noción preconcebida de que solo hay una manera «correcta» de proveer leche humana.
Los desafíos de lactar con frenillos cortos
Mi bebé nació con frenillo corto severo, lingual y labial. A pesar de una frenulotomía (cirugía para liberar el frenillo lingual) y una frenotomía (para liberar el frenillo labial), y de otros tratamientos posteriores, visitas frecuentes a consultores de lactancia y una gran variedad de enfoques para llevar a mi bebé al pecho, sencillamente no estábamos consiguiendo los resultados que yo esperaba. Había probado cada opción para lograr lactar: desde usar un suplementador para lactancia (teniendo al bebé en el pecho y poniéndome un dispositivo hecho con una sonda adherida a una botella de leche), hasta usar pezoneras y probar toda clase de posiciones. Mi bebé no lograba tomar la leche sin causarme daños graves con el tiempo. ¡Ay!
Llámenme terca o dedicada, pero yo no me rendía. Sabía que mi cuerpo estaba produciendo leche materna, porque, después de cada intento de lactar, me extraía y producía más que suficiente para la próxima vez que alimentaba. Así que, con cada intento de lactancia, pensaba «¡Puede que esta vez mi bebé se logre amamantar!». Pero el resultado siempre era mi bebé hambrienta y llorando, y yo teniendo que resignarme a alimentarla con la leche materna extraída de la sesión anterior.
Para entonces, mi salud mental había empeorado. Me estaba juzgando a mí misma por no ser capaz de amamantar directamente del pecho. Yo era alguien que lograba cosas, pensaba que «la práctica hace al maestro». Y, sin embargo, aquí había algo que sencillamente no podía dominar.
Estoy tan contenta de haber luchado para superar la confusión de la depresión posnatal, porque, al hacerlo, llegué a darme cuenta de lo que estaba haciendo bien. Todavía estaba alimentando a mi dulce bebé exclusivamente con mi propia leche materna, solo que con un método diferente: extracción exclusiva usando un extractor de leche.
Aceptando una nueva manera de alimentar
Tres meses después del parto, por fin acepté que la forma en la que alimentaría a mi hija sería con leche materna, solo que sería leche materna extraída previamente para ella. La leche materna era mi primera opción, incluso si el método de proveerla no era el de mi preferencia. Mi enfoque cambió y me sentí empoderada. A menudo me decían «¡No sé cómo lo haces!», lo que me empezó a llenar de orgullo.
No voy a mentir, no fue fácil. Extraer exclusivamente para mi bebé requería dedicarle alrededor de tres horas al día a la tarea que, incluso con un sostén manos libres para bombeo, era más que todo tiempo «perdido». Es como hacer las cosas dos veces, ya que debes extraer la leche y luego alimentar. Y, además, hay que lavar las partes del extractor. Era difícil tener en brazos a mi bebé al mismo tiempo, ya que desacomodaba las botellas del extractor, ¡y yo ciertamente no quería regar nada de oro líquido! También me pareció un poco solitario, pues tenía mi estación de extracción preparada en cierto lugar y, si quería estar cerca de otra gente, tenía que coger un cable de extensión, ya que mi extractor no funcionaba con batería.
Acomodar mis sesiones de extracción entre otras tareas de la casa y actividades del bebé era difícil también. Rápidamente aprendí que los lugares públicos no están muy bien pensados para las madres lactantes que se extraen su leche, y, si iba a estar afuera, era necesario planificar las opciones para encontrar tomas de corriente.
A menudo consideré parar, pero mis razones para querer proporcionar leche materna me persuadían de volver a mi estación de extracción una y otra vez. Había establecido un buen suministro diario y conseguí acumular una provisión adicional en mi congelador. Debido a que estaba produciendo más que suficiente para satisfacer las necesidades diarias de mi bebé, ¡incluso doné algo de la leche materna que me sobraba en el congelador!
Llegando con éxito a la línea final
Luego, mi amorcito se empezó a destetar sola y a reducir la cantidad que quería cada día. Pero me alegra compartir que me extraje exclusivamente para ella por un total de diez meses. Luego agotó el resto del suministro de leche materna del congelador, hasta justo después de su primer cumpleaños.

Los nuevos diseños de extractores ayudan a las extractoras exclusivas
Con mi segundo embarazo tenía los dedos cruzados para que mi experiencia de lactancia fuera más sencilla que la primera vez. Todavía quería los beneficios de salud que la leche materna le puede proveer a mi bebé y no quería los gastos de comprar fórmula. También me gusta el hecho de que producir leche materna ayuda con la reducción del peso posparto y que reduce a largo plazo el riesgo de cáncer de seno. Pero desafortunadamente experimenté problemas similares a los de la primera vez.
Al principio, comencé la lactancia de mi segunda bebé usando mi extractor sin batería; sabía que sería más difícil de lograr que con mi primera hija. Esta vez tenía una niña pequeña corriendo cerca de mí mientras extraía. No tenía las tres horas que le dedicaba cada día a extraerme para mi primogénita. Por lo tanto, empecé a imaginar un extractor que te permitiera realizar tus actividades diarias mientras te extraes la leche, ¡sin tener un radio de movimiento limitado por culpa de un absurdo cable! Gracias a mis extracciones nocturnas y mis búsquedas en Google, ¡descubrí que un extractor así ya había sido inventado! Lo compré rápidamente.
Ahora tengo un extractor móvil de batería recargable que se pone dentro de mi sostén normal y está oculto a la vista. ¡Puedo extraer mientras estoy afuera y nadie se da cuenta! Solo me lo pongo y sigo con mi ocupado día. Aún mejor, ¡no hay botellas sobresaliendo, así que puedo tener en brazos a mi bebé mientras lo uso! Me he extraído al conducir, al dejar a mi hija en la guardería, al hacer mercado, al visitar amigos, al hacer tareas del hogar e, incluso, cuando baño a mis pequeñas. Ahora, al cumplir diez meses de empezar esta experiencia de extracción, ¡no pienso parar pronto! Y, de nuevo, estoy donando mi suministro de leche materna sobrante para ayudar a otros.
A pesar de todos los desafíos de la extracción exclusiva, he aprendido que hay también aspectos positivos. Ser una «extractora exclusiva» me ha permitido regresar al trabajo sin muchos problemas. También me ha dado un gran sentido de satisfacción al permitirme suministrar leche extraída a bebés que necesitan leche materna de donantes, debido a problemas de salud de la madre o el bebé.
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10 TIPS PARA UNA EXTRACCIÓN EXCLUSIVA EXITOSA
1. Considera comprar un extractor móvil con copas de recolección discretas para permitirte más libertad de extraer en todas partes y alrededor de cualquier persona. Idealmente, que sea un extractor doble, pues reduce a la mitad el tiempo de bombeo. Cuando ambos lados se estimulan juntos, el rendimiento suele ser mayor.
Considera, sin embargo, que los extractores portátiles o «móviles» generalmente no están diseñados para establecer la producción de leche. Pueden ser adecuados para personas con un suministro abundante, pero pueden no serlo para otras que quizás necesiten establecer y mantener la producción de leche con un extractor multiusuario (también llamado «extractor de grado hospitalario» en algunas partes del mundo).
2. Asegúrate de estar extrayendo de ocho a diez veces al día y en intervalos regulares (cada dos a tres horas) en los primeros días posparto (o siguiendo las recomendaciones de tu asesor/a de lactancia), para establecer tu suministro. Y considera incluir una sesión entre la una y las cinco de la mañana, si tu bebé está durmiendo en esos momentos. Si necesitas aumentar tu suministro, extraer una vez durante ese periodo de tiempo, mientras mantienes tus otras sesiones de extracción, puede ayudar. Otro truco para incrementar el suministro: extiende cada sesión de bombeo un par de minutos más. Luego, cuando tus totales de extracción semanal te muestren que tu suministro está bien establecido de semana a semana, puedes considerar reducir las sesiones de extracción hasta tener de cinco a siete por día (o la frecuencia que tu asesor/a de lactancia recomiende).
3. Relájate — eso fomenta la extracción—. Si estás estresada y preocupándote mientras te extraes, la producción se verá afectada. Leer es relajante para mí, así que durante periodos estresantes leo mientras me extraigo. Algunas veces me entusiasmaba leyendo y la leche salía derramada. Para otras personas, tener una prenda de ropa que huela como el bebé, o una foto del bebé, puede ayudar con la extracción.
4. Deja de preocuparte y no mires si te preocupa el volumen que estás extrayendo. Las copas de recolección ocultas son una gran solución por dos razones: si no las ves, puedes continuar con otra actividad, y olvidarte completamente de contar las gotas de leche. Y usa compresiones de pecho, especialmente para establecer tu suministro de leche.
5. Pon las partes de tu extractor en una bolsa sellada en el refrigerador entre sesiones de extracción para ahorrar tiempo limpiando y, luego, lávalas cada 12-24 horas o de acuerdo a las indicaciones del fabricante. Ten en cuenta que puede servir «calentar» la(s) copa(s) poniéndola(s) a temperatura ambiente un rato antes de usarlas, ya que unas copas frías podrían, algunas veces, perjudicar la eyección de leche. Para más información sobre cómo limpiar los accesorios del extractor, revisa este artículo del sitio web de la Liga de La Leche Internacional https://llli.org/breastfeeding-info/cleaning-and-sanitizing-pumping-accessories/.
6. Bebe cuando tengas sed. Una forma de recordar es, cada vez que extraigas, tener un vaso de agua a la mano para consumir si tienes sed.
7. Mantén una colección de partes de los repuestos a mano. No hay nada peor que necesitar reemplazar una parte de tu extractor y tener que resignarte a extraerte de un solo lado mientras esperas a conseguirla.
8. Mantén un cargador de repuesto en el carro y en la oficina por si olvidas recargar el extractor.
9. Mira el libro «Exclusively Pumping Breast Milk» de Stephanie Casemore. La gente a menudo confunde la extracción exclusiva con las sesiones ocasionales de extracción, pero, en realidad, las dos cosas son muy distintas. Este libro me hizo sentir que «¡Sí, realmente hay quien entiende cómo es!» Puedes encontrar una sinopsis del libro en el sitio web de la Liga de La Leche de Gran Bretaña: https://www.lllgbbooks.co.uk/store/p130/ExclusivelyPumpingBreastmilk.html.
10. Visita un grupo local de la Liga de La Leche para recibir apoyo y aliento en tu viaje por la extracción exclusiva y, además, busca grupos de apoyo de extracción exclusiva en Facebook.
Confía en lo que digo: si estás extrayendo exclusivamente, ¡eres asombrosa! Felicitaciones por lograrlo por tanto tiempo como tú decidas.
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Sheena Thompson es nutricionista y entrenadora personal especializada en embarazo y servicios posnatales. Vive en Hamilton, Nueva Zelanda, con su esposo y sus dos hijas.
